Quedar retratado como un cabezón.
- Antonio Miradas del Alma
- 25 sept 2023
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 10 ene 2024
Cuando un educador o educadora social se le presenta un proyecto con infancias y adolescencias a menudo surge la duda sobre si su saber dará respuesta a las necesidades demandadas.
Un profesional como es un educador o educadora social, está calificado a realizar observaciones acertadas, interpretaciones medidas y dar respuestas adecuadas, no sólo en las infancias y adolescencias, sino en todos los ámbitos sociales.
Ante esta premisa, un proyecto con infancias y adolescencias debería ser algo estimulante, pero la realidad es abrumadora, sólo hay que ver la dificultad de permanencias de muchos profesionales en los proyectos.
Las infancias y adolescencias cuando se sienten dirigidas hacia un ideal no tienen miramientos, cualquier educador o educadora puede caer dentro de su trampa y quedar retratado como un cabezudo.
Todo gira en el reconocimiento, una palabra fácil de decir y muy difícil de llevar a cabo, porque nos sitúa la mirada más allá de nuestras narices, entonces puedes llegar a ver lo que nos cuestiona, que nos interpela.
Cuando eres cuestionado y no eres capaz de ver más allá, volcamos todo nuestro saber en un ideal y caes en la trampa, pero si levantas la mirada saldrás airoso, porque mostrarás que tu deseo es saber del otro.
Un educador o educadora cualificado sabe plantar semillas que pueden crecer en libertad, respetar sus tiempos y dejarlas florecer, un tiempo que no verá y un florecer que tendrá esencia de educación.
Antonio Argüelles, Barcelona.

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