top of page
  • Antonio Miradas del Alma

Estoy muy roto por dentro

Estoy aquí en una sala apartado de los otros, aquí he de estar unos días, aquí comeré y aquí dormiré.


Dicen mis educadores que este es mi castigo, que es una medida para que no repita lo ocurrido.


En esta sala me siento culpable de todo, despreciable, incapaz de hacer algo bueno.


Mi padre me dejo al poco de nacer, mi madre a los cuatro años me entrego al centro. Cuando pregunto porque me quede solo, la respuesta es la misma, no podían cuidarme.


Siempre he creído que nací con maldad, que quien se cruzaba conmigo caía en desgracia.


Cuando pasen los días de mi castigo volveré con los otros al piso, ahí he de ser considerado y seguir bien las normas que tengo marcadas.


Quiero hacer las cosas bien, pero tengo mucha ira dentro, no sé cómo liberarla sin evitar el castigado.


La ira corroe mi cuerpo pequeño, ella se alimenta de mis desgracias, de no poder vivir con mis padres, de no saber de ellos, de ver como los otros marchan y yo me quedo.


Los educadores entienden de castigos, pero también han de entender de construcciones. Quiero que alguien me reconstruya, estoy muy roto por dentro.


Antonio Argüelles


17 visualizaciones
  • Icono social LinkedIn
  • Pinterest
  • Facebook icono social
  • Twitter
  • Instagram
bottom of page