Hoy es un día difícil, observo con tristeza injusticias que me causan mucho dolor. Hoy, como otros días, quiero apaciguar un ambiente alterado, nocivo, irrespirable. Hoy están irritados, descontentos, muestran ira, rabia, no filtran nada.
Es como una tempestad que engulle navíos y deja náufragos. Es como un caos donde la supervivencia depende de uno mismo. Es en definitiva una tempestad violenta, rabiosa, que solo en tierra firme puede ser expulsada a otro lugar.
La tierra firme es la calma de las almas que sufren tormentas y yo soy como un faro que marco su destino, pero hay días donde la ira de la tormenta es inmensa y se hace azaroso poder guiar el camino, ves entonces como caen las almas perdidas y te sientes impotente.
Al final, cuando uno vive tanto tiempo en su faro, se da cuenta que todas las almas perdidas llegan a tierra y recuperan la calma.
Es un proceso doloroso donde no puedes retirar tu mirada, has de estar ahí, para ser siempre visto y así dar consuelo al perdido de que su destino lo está esperando.
Antonio Argüelles
